EL PROCESO
Cada pieza de Bonifacia nace del aliento.
En el taller, el vidrio reciclado se funde a más de mil grados para volver a tener forma.
Entre fuego y respiración, los mejores maestros en este arte —con más de quince años de experiencia— soplan vida en el material, modelando la luz con precisión y paciencia.
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No cualquiera puede soplar piezas con este nivel de complejidad, tanto por su diseño como por su escala. Flor, por ejemplo —nuestra luminaria pequeña en Bonifacia—, es considerada dentro de la industria una pieza de tamaño grande: un verdadero desafío técnico que pone a prueba la destreza y la experiencia de quienes la crean. Al menos tres artesanos trabajan de manera sincronizada en cada pieza, en un proceso que exige coordinación absoluta y dominio del tiempo.
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El proceso combina técnicas tradicionales de vidrio soplado con moldes desarrollados especialmente para cada diseño.
Cada curva, textura y espesor se define a mano, dando como resultado una luminaria única, con sutiles variaciones que revelan el gesto humano detrás de su creación.
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Trabajamos exclusivamente con vidrio reciclado, integrando procesos locales de bajo impacto y una visión sustentable que transforma los desechos industriales en objetos de valor emocional y estético.
En Bonifacia, el proceso no solo da forma a la materia: le devuelve su alma.
​​​​​​​​​​​​​​​​​​​​​​​​​​​​​THE PROCESS
Each Bonifacia piece is born from breath.
In the workshop, recycled glass is melted at over a thousand degrees to take shape once again.
Between fire and air, the finest masters of this craft —with more than fifteen years of experience— breathe life into the material, shaping light with precision and patience.
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Few are capable of blowing glass pieces of this level of complexity, both for their design and their scale. Flor, for example —our smallest luminaire at Bonifacia— is considered within the industry a large-scale piece: a true technical challenge that tests the artisans’ skill and experience.
The process combines traditional glassblowing techniques with molds developed specifically for each design. At least three artisans work in perfect synchrony on each piece, in a process that demands absolute coordination and mastery of time.
Every curve, texture, and thickness is defined by hand, resulting in a unique luminaire whose subtle variations reveal the human gesture behind its creation.
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We work exclusively with recycled glass, integrating local, low-impact processes and a sustainable vision that transforms industrial waste into objects of emotional and aesthetic value.
At Bonifacia, the process does more than shape matter — it restores its soul.

